Anhelo tu alma,
escondida tras la desnuda piedra,
me duele, me quiebra.
Zozobra doloso mi anhelo,
y en este desvelo, te sueño,
tú eres, sin duda, mi dueño.
Y así, mi alma incompleta,
se funde en una sola y entera,
porque tú, ¿me esperas?.
Cuanta fatiga tengo,
y el corazón desbocado,
ya sabes, por ti, mi amado.
¿Acaso conoces mi duda?,
espero, como tú quieres,
mas sin querer, me hieres.
Vagando por mil moradas,
yaciendo contigo en el camino,
está escrito en mi destino.
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