El sol y la luna,
se quieren besar,
y buscan ansiosos,
el mejor lugar.
El cielo es inmenso,
pero es indiscreto,
deben encontrarse,
en un sitio secreto.
Las nubes espían,
les siguen el rastro,
esperan nerviosas,
aquel beso casto.
Y no se dan cuenta,
el sol y la luna,
de que están muy
lejos,
no tendrán fortuna.
Las aves errantes,
recogen su llanto,
lágrimas de luna,
¡su amor duele
tanto!.
Cirros y cúmulos,
testigos constantes,
del querer del astro,
a su luna menguante.
Más mengua por
ciclos,
de la pura pena,
que enturbia su
rostro,
por la cara buena.
Si fuera posible,
la luna y el sol,
se amarían tanto,
como el mismo amor.
Por un beso tuyo,
daría mi luz,
le dice a la luna,
el sol en su cruz.
Por yacer contigo,
todo lo daría,
contestó la luna,
que de amor moría.
Furioso y dolido,
ruge el sol ardiente,
la luna apenada,
lo mira y lo siente.
Se niegan rotundos,
a estar separados,
son almas gemelas,
cuerpos mutilados.
Están incompletos,
están condenados,
la luna y el sol,
cada uno en su lado.
Poema presentado al Noveno
Certamen Nacional de Poesía de Herencia
Preciosa recreación entre el sol y la luna, como dos amantes, como dos completos incompletos, como la mujer sin el hombre y el hombre sin la mujer.
ResponderEliminarComo el ying y el yang, necesitan el uno del otro para sentirse completos.
EliminarGracias por ser mi fan nº 1.