Quisiera tener varias sonrisas de recambio… para regalarte
una cuando te haga falta. Y en el lote pondría también un abrazo, grande y
cálido, para apretarme a ti y llevarme tus penas a un sitio lejano donde no te
hagan daño. Tirarlas en el fondo de un pozo oscuro y profundo, de donde no
puedan salir nunca.
Y, si que las tengo, ¿sabes? Tengo un saco lleno de sonrisas
para ti, coge las que necesites para ser feliz.
A cambio, sólo quiero que, algún día, cuando puedas, me des
una de las tuyas. Una sola.
La tengo, gracias, ....cuando necesitas una, llámame.
ResponderEliminarNo lo dudes, es, sin duda, un estupendo regalo.
Eliminar