miércoles, 26 de diciembre de 2012

ME DEJASTE


Tus pasos recorrían la calle en dirección contraria. Aquella en la que nos conocimos y recorrimos tantas veces juntos, cogidos de la mano.
Tu silueta, fusionada entre las partículas etéreas de la densa niebla, me pareció desconocida. Todo se desdibujaba, delante de mí.
Había recorrido tu cuerpo infinitas veces y ahora, parecías un extraño.
Ni siquiera volviste la vista atrás.
Desde arriba, a cada lado de la calle, las farolas, soberbias y orgullosas, eran testigos de tu marcha.
Me pareció estar en un mundo irreal, alternativo. En un limbo inmaterial, sola. ¿Dónde estaba el sol?. No podía verlo.
Te llamé a gritos, pero ni siquiera yo oí mi voz. Era definitivo, rotundo.
Noté, de repente, una calida humedad cayendo por mi mejilla, hasta la comisura de mis labios.
Creí que era la niebla la que me mojaba la cara… pero era la única lágrima que derrame por ti.


Relato presentado al Concurso de Microrrelatos Calle del Sol.
Microrrelato inspirado en la fotografía Niebla en Sol de Javier Fernández Gorrionero

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho como has narrado esta escena de despedida y el final...de esa única lágrima derramada.
    La excelente fotografía transmite perfectamente tu relato.
    Un cordial saludo y felicitaciones.
    Ramón

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    1. Ramón, te invito a todas mis lecturas, tus comentarios son muy bienvenidos.
      Otro abrazo para ti.

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  2. Única lágrima a modo de despedida.
    En pocas palabras expresas como una persona que es el centro de tu vida puede pasar a ser un perfecto desconocido en un segundo.
    Bonito relato.

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    1. Así de rotunda es la realidad. El amor y la indiferencia comparten una sutil línea común.

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