Mi “primer beso”, no fue el primero que me dieron, pero si
el primero que yo di.
Fue el de verdad.
Ahora hago memoria y me doy cuenta de que no recuerdo el día
exacto.
Podría buscarlo en un viejo calendario… ¡Ha pasado tanto
tiempo! Millones de años me separan de aquel, ninguno tan mágico.
Recuerdo aquellos bichitos, moviéndose nerviosamente en mi
estómago, sin permiso.
Recuerdo la ligereza con que mis pies, me transportaron a lo
largo del pasillo de aquel viejo autobús.
Recuerdo como las comisuras de mis labios formaron aquella
sonrisa, amplia e imposible de borrar.
Recuerdo la sensación de embriaguez de todos mis sentidos.
Tanto con, ¿tan poco?
Ninguno se puede igualar.
Hubo otros, antes y después, casi tan especiales.
Pero ese beso, medio robado, con ese chico, que con los años
se convertiría en el hombre de mi vida, en el padre de mis hijos…
Ese primer beso, no lo cambiaría por nada, por NADA.
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